martes, 29 de marzo de 2011

Amor Eterno. Capítulo 15 ''FINAL''


Capítulo 15 ; Final

Todo quedó en silencio. Rose cerró los ojos. Era un momento de horror, de los miles que les quedaba por vivir. Steve cayó muerto en el acto al suelo. La arena se vistió de rojo. Bianca quedó petrificada y Max gritó.
-         ¡STEVE! ¡STEVE!
-         ¿Steve…?- dijo Alan con los ojos abiertos como platos.
Rose se abalanzó sobre Alan y lo besó. Bianca, destrozada por haber matado por error al amor de su vida, cayó al suelo y se abalanzó sobre el cuerpo sin vida de Steve. Las lágrimas le recorrían su cara. Estaba furiosa y llena de rabia y se intentó hacer la idea de que había sido un error.
-         ¡Bianca!- gritó su hermano.- ¡No te muevas! ¡Llamaré a la policía!
-         NADA DE ESO.- bramó Bianca levantándose del suelo.- Hice todo lo posible para alejarte de Rose, Alan. No es buena pieza para ti. Oculta un pasado terrible. Lo deberías saber.
Max cogió del brazo a Bianca y la arrastró hacia el coche para escapar.
-         ¡Vámonos Bianca! ¡Estamos en peligro!
-         Alan, te quiero, ¡créeme! ¡Yo quería lo mejor para ti! ¡Lo mejor! Soy tu hermana, y te quiero. ¡Debes de creerme! ¡Rose es mala, es terrible!
Rose volvió a abrazar a Alan.
-         Sé que es mentira, Rose. Te quiero.
-         Alan nunca nos separemos. Eres el mayor deseo que una mujer hubiera tenido nunca.
-         Bianca me da pena. Va a enloquecer.
-         Llamaremos a la policía. Se acabó todo.
-         Tengo muchas cosas que contarte…
-         Tenemos todo el tiempo del mundo.
Max y Bianca se montaron en el coche y arrancaron el motor. Ray estaba dispuesto a seguirlos con su vehículo, pero Richard lo desanimó:
-         No los cogerás. Han escapado.
-         La policía se encargará de ellos. ¡El cabecilla ha muerto!
Alan sacó el móvil y le mandó un mensaje a Veronica. Acto seguido, miró a Rose y la besó. Ray y Richard se acercaron al cadáver.
-         Vamos a quitarlo de aquí.
-         No lo toques. Déjalo así hasta que venga la policía.

El Sol ya se había ocultado y La Luna ya alumbraba el cielo nocturno cuando la policía intervino en la situación. Una ambulancia se llevó el cuerpo sin vida de Steve y Ray y Richard se quedaron hablando con un agente. Mientras, Rose y Alan paseaban por la playa tranquilamente antes de volver a casa.
-         No me esperaba esto de Bianca. Una criminal…mi hermana…
-         Hace días entró a mi casa y me amenazó. Me dijo que moriríamos los dos si no me alejaba de ti. Ese era el motivo por el cual nos enfadamos. ¿Te acuerdas?
-         Sí…no me había dado cuenta…
-         Seguramente se haya ido al extranjero con el otro chico, aunque la policía los buscará hasta encontrarlos. Bianca ha cometido un asesinato. Ha matado al hombre de sus sueños, al amor de su vida.
-         Creo que ella no tenía esa intención. Ella no quería matarlo a él sino a ti. ¿De qué pasado oculto hablaba?
-         No lo sé, Alan. Estoy muy confusa y aun no consigo recordar esa parte de mi vida. Si lo consigo recordar te lo contaré. Pero ahora solo me importas tú, tú y tu corazón. Quiero ser feliz, Alan. Quiero ser feliz contigo.
Alan acarició a su chica.
-         En un mes han pasado tantas cosas, pero lo bonito es que ahora estamos juntos. El destino nos ha unido pero ni Bianca ni nadie nos separará jamás. Nuestro amor será el poder más maravilloso que existirá en la Tierra.
Y diciendo esto, el chico abrazó a Rose con ternura mientras que la arena se colaba en sus zapatos y veían a los agentes de policía y a sus amigos salir de la playa. Acto seguido, lo hicieron ellos. Steve había muerto, Bianca y Max habían huido y Rose y Alan estaban de nuevo juntos. Amanda se recuperaba en el hospital y la policía abrió una investigación para capturar a Bianca y su compañero.

*

Un mes después de lo ocurrido, no se volvió a saber nada de Bianca y Max aunque la policía no había dejado el caso. Alan y Rose caminaban por la misma playa que hace un tiempo había presenciado el final de una historia de pesadillas y amenazas. Estaban locamente enamorados uno del otro. El atardecer cubría el cielo, el Sol ya se ponía y la noche estaba a punto de llegar.
-         Rose, hace un mes, la tensión que vivimos aquí hizo crecer nuestro amor aún más- dijo Alan besando a la chica en el cuello.
-         Me alegro de que todo se haya solucionado. Por fin seremos felices. Te amo tanto, te amo tanto. Espero que el tiempo ponga las cosas en su lugar y Bianca caiga en la cárcel, como se merece.
-         Deja de hablar de Bianca…- dijo Alan riendo.- Hablemos de nuestro amor y de nosotros…
-         Acerca la oreja, Alan.- rió Rose.
Alan rozó su oreja con los labios de la chica.
-         Te quiero.- le susurró ella.
Los dos rieron y después de una mirada más al anaranjado horizonte, se besaron, cayendo en un profundo placer y amor eterno.
Muy cerca de allí, Bianca y Max los observaban detalladamente y escondidos entre algunos coches del aparcamiento.
-         Nunca se está a salvo si tienes cuentas pendientes, hermanita…- dijo Bianca mirando a Rose fríamente.

FIN

Nota:
Amor Eterno acaba aquí, pero la historia de Alan y Rose no. El llanto del atardecer es la segunda parte y desenlace de esta emocionante historia llena de odio y amor al mismo tiempo. 

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Este capítulo está dedicado a Beily, mi compañera de sueños.

sábado, 19 de marzo de 2011

Amor Eterno. Capítulo 14


Capítulo 14

La playa de arena blanca y de suave oleaje a la que habían llegado Alan y sus amigos era la misma playa que el secuestrador le describió por carta. Estaba vacía y el Sol estaba empezando a ponerse. Aparcaron el coche a pocos metros de la orilla y salieron del coche. Ray cogió la caja de herramientas del coche y simuló estar llevando un maletín cargado de dinero. Alan lo miró con valentía. El momento había llegado. Segundos después, Ray abrió la guantera y sacó una pistola cargada. A Richard se le puso el corazón a mil y Alan no lo esperaba.

- Hay que estar preparado para una situación así. Yo siempre lo estoy.
- ¿Piensas acabar con ellos, amigo?- dijo Richard con tono burlón.
Brian permanecía callado. Parecía estar de acuerdo.
- No digas tonterías, Richard. Es solo una medida de protección…
Los chicos caminaron varios metros por la arena, buscando a los secuestradores y a Rose.
- Aquí no hay nadie…nos han engañado…
De repente, Max y Steve bajaron las escaleras que conducían a la orilla. Estaban armados y tenían la cara cubierta por unas gafas y un pañuelo en la cabeza. Bianca estaba escondida detrás del coche de los delincuentes, esperando el dinero y la muerte de su enemiga.
- Vaya, aquí estáis. Pensé que no llegaríais nunca… ¿dónde está el dinero?
- Primero queremos a la chica.- dijo Alan frunciendo el ceño.- Seas quien seas…no te tengo miedo.
- Qué valiente…a ver si dices lo mismo cuando te ponga la pistola en la boca.- dijo Steve, poniendo la voz más grave.
- Aquí tienes el dinero.- gritó Ray acercando el falso maletín.- Ahora, Rose.
- Max, trae a la chica.- ordenó Steve.
Como había dicho Steve, su hermano sacó del coche a Rose y la trajo a la orilla. Steve volvió al coche un segundo y llamó a Bianca en voz baja.
- Tengo miedo a perderte, Steve…
- No te preocupes, Bianca. Están armados pero nosotros tenemos más munición. Ya tenemos el dinero. Ahora mataremos a la chica. Después, saldremos corriendo y escaparemos.
- ¿Y si os disparan?
- Si tenemos que morir por tu felicidad, moriremos.
- ¡No, Steve! ¡Por favor!
Bianca empezó a llorar.
- Baja la voz, Bianca. Todo saldrá bien. Confía en mí.
Steve besó a su chica y se adentró en la playa. Bianca salió de su escondite y observó la escena con lágrimas en los ojos, maldiciendo a Rose. Ya estaba todo listo para la muerte de Rose, el terrible plan de Steve y los suyos.
- Muy bien, ahora tomad a la chica.
Steve empujó a Rose hacia Alan y sus amigos. Ésta empezó a llorar y Alan abrió los ojos como platos. Sin duda, el deseo de matarla de Steve se le pasó por la cabeza. Steve levantó el gatillo y Max sonrió maléficamente. Después le susurró a su hermano:
- Al final no hemos podido ahogarla…
- Un tiro en el corazón es mejor…
- Yo me quería divertir más, pero bueno, no importa…
Rose miró a Alan con agonía y todas las imágenes de su vida se le pasaron por la cabeza: la muerte de sus padres, el accidente al lado de ‘Honey Village’, el día en el que ella y el hombre de su vida se quedaron durmiendo en el césped del paisaje de las estrellas, la gran pelea que tuvo con él, el gran silencio que guardó cuando Bianca la amenazó de muerte…No podía más. Se puso de rodillas, miró a Steve y bajó la cabeza. Estaba preparado para morir. Lo tenía todo perdido. Brian, Ray y Richard intentaron sujetar a Alan pero nada ni nadie podrían impedir lo que estaba a punto de hacer. Steve apuntó al corazón de Rose, que lloraba desconsoladamente. Alan se puso en medio de ella y se abrió de brazos. Rose levantó la cabeza y gritó.
- ¡ALAN! ¡NO LO HAGAS! ¡TE MATARÁ!
Steve bajó la pistola y Bianca se alteró.
- ¿QUIERES MORIR TU TAMBIÉN, PEDAZO DE IDIOTA?
- Por amor, soy capaz de cualquier cosa.
Max aconsejó a Steve que no matara al chico.
- Tú lo has querido…
Sin ser consciente de lo que hacía, Steve volvió a levantar la pistola, con intención de matar a los chicos. Bianca, viendo que su hermano corría peligro, se acercó a donde estaban y bajó el brazo de Steve a la fuerza. Alan y sus amigos quedaron asombrados.
- ¡¿BIANCA?! ¡NO PUEDE SER! ¡DIME QUE ES UNA PESADILLA!
- Alan, ¡quítate de en medio!
- ¡BIANCA, DIME QUE NO ESTÁS METIDA EN ESTO!
Steve se intentaba librar de la chica, que la estaba empujando y bloqueando para que no disparase a su hermano.
- Dios…esto me recuerda a cuando murió papá…otra vez no…
La presión era máxima. El gatillo de la pistola terminó por dispararse. Un ruido sonoro enmudeció la playa.

domingo, 13 de marzo de 2011

Amor Eterno. Capítulo 13


Capítulo 13

La angustia mataba cada vez más y más al chico. No sabía qué hacer. A la mañana siguiente, se levantó aturdido y con sudor frío que le recorrió todo su cuerpo. Había tenido una terrible pesadilla. Se vistió y se puso los zapatos corriendo. Tenía un mal presentimiento. Bajó las escaleras para desayunar y la escena que contempló lo dejó helado. Su madre estaba herida en el suelo y la casa estaba patas arriba. Se abalanzó sobre su madre para socorrerla y, vio encima de la mesa una nota.


<<A estas alturas, habrás contemplado la maravillosa escena que se respira en tu casa. Ahora escúchame, tenemos a tu chica: Rose. Está en la costa este de Washington D.C, concretamente en una playa en la que no hay mucho oleaje y es famosa por su arena blanca. ¿Sabes cuál es, no? Pues tienes hasta el anochecer para ir y rescatar a tu querida Julieta. Es importante que traigas el dinero. Un millón de dólares. Si avisas a la policía, tú y tu chica moriréis. Amigo, siento la paliza de tu madre pero así es la vida…tic…tac…>>

Tu peor enemigo.

Los ojos de Alan se abrieron como platos y dejó caer por su mejilla una lágrima de rabia e impotencia. Su madre estaba herida, el amor de su vida estaba en peligro y él estaba destrozado. Sin pensárselo dos veces, llamó a sus amigos para pedirles ayuda. Diez minutos después, el grupo de Alan entró en su casa como balas. Lily, Richard, Ray y Veronica pasaron al salón y contemplaron la horrible escena. Brian, que había salido a hacer unas compras, llegó alarmado.
- ¡Dios santo, tía Amanda!
- ¿Qué ha pasado, Alan?- dijo Ray con la voz apagada.
- Escuchadme chicos. Alguien ha entrado en mi casa, la ha puesto patas arriba y ha herido a mi madre. Encontré esta nota sobre la mesa que habla sobre el secuestro de Rose. Está en la costa este de Washington y el secuestrador me pide un millón de dólares para rescatarla. Iremos allí y nos traeremos de vuelta a Rose, sin dinero. Lily, lleva a mi madre al hospital y quédate con ella hasta que volvamos.
- Ey, chaval, ¿cómo vamos a ir a la playa sin armas y desobedeciendo las órdenes?- dijo Brian sin ánimos de colaborar.
- ROSE ES LA MUJER DE MI VIDA Y NADIE LE PONE PRECIO. Quien me quiera ayudar será bien recibido, quien no, lo comprenderé.
- ¡VAMOS A POR ROSE!- gritó Richard animando el ambiente.
Alan y sus amigos salieron a la calle mientras que Lily llamaba a una ambulancia.
- Alan, no le quitaré el ojo a tu madre de encima.
- Gracias Lily. Cuando recupere el conocimiento, explícale lo sucedido.
Alan volvió la mirada hacia sus amigos. Todos tenían una mirada llena de miedo pero a la vez de valentía. Esos eran amigos de verdad.
- Está bien. Lo haremos de la siguiente manera. Veronica llamará  a la policía cuando reciba mi mensaje de emergencia.
- ¿Mensaje de emergencia?- dijo Veronica confusa.
- Sí. Por si hay algún problema, deberás contactar con la policía. Yo te avisaré.
- Entiendo. Entonces, me toca quedarme aquí y esperar.
Alan prosiguió.
- Los demás iremos a la playa en coche y le convenceremos a los secuestradores de que tenemos el dinero dentro del maletero. Cuando lo vayan a coger, atacamos mientras que uno de los nuestros rescata a Rose. ¿Alguna duda?
- Tengo ganas de fiesta, Alan, ¡vamos!
Veronica se perdió a lo lejos, a esperar en la puerta de comisaría. Rondaba el mediodía cuando Alan, Richard, Ray y Brian partieron en coche hacia la costa este de Washington D.C. El cielo se abría a su paso, estaba completamente soleado y no había ninguna nube. Ray conducía y Alan se convencía a sí mismo de que todo iba a salir bien.
- Traeremos de vuelta a Rose, Alan…- le consoló Richard.
- Tranquilo chico, llevo cuerdas y herramientas ahí en el maletero. Menuda sorpresa que se van a llevar.- rió Ray.
- Siento haberlo dicho así de pronto pero, no tenía otra opción.- dijo Alan sollozando.
- ¡Ya estamos acostumbrados! ¡Washington D.C es una ciudad en la que pasa de todo!
Mientras que los chicos se dirigían hacia su eterno destino, Lily contemplaba en el hospital a Amanda, que abría los ojos.
- ¿Dónde…dónde estoy?
- Tranquila, Sra. Jones. Está en el hospital.
- ¿Qué ha pasado? ¿Eres la amiga de mi hijo, no?
- Sí, soy Lily. Rose ha sido secuestrada y su hijo y sus amigos han ido a rescatarla.
- ¿Estarás de broma, no?
- Entraron a su casa y le dieron una paliza. Alan estará bien, no se preocupe. La policía va a estar pendiente.
Amanda cerró los ojos y suspiró.
- Esto es un sueño…
Y diciendo esto, se durmió de nuevo. Lily sonrió.
<<Demasiadas emociones juntas>> pensó.


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Dedicada a Agustina, que es una amiga genial, y la quiero un montón!

Guapa! :)