Capítulo 15 ; Final
Todo quedó en silencio. Rose cerró los ojos. Era un momento de horror, de los miles que les quedaba por vivir. Steve cayó muerto en el acto al suelo. La arena se vistió de rojo. Bianca quedó petrificada y Max gritó.
- ¡STEVE! ¡STEVE!
- ¿Steve…?- dijo Alan con los ojos abiertos como platos.
Rose se abalanzó sobre Alan y lo besó. Bianca, destrozada por haber matado por error al amor de su vida, cayó al suelo y se abalanzó sobre el cuerpo sin vida de Steve. Las lágrimas le recorrían su cara. Estaba furiosa y llena de rabia y se intentó hacer la idea de que había sido un error.
- ¡Bianca!- gritó su hermano.- ¡No te muevas! ¡Llamaré a la policía!
- NADA DE ESO.- bramó Bianca levantándose del suelo.- Hice todo lo posible para alejarte de Rose, Alan. No es buena pieza para ti. Oculta un pasado terrible. Lo deberías saber.
Max cogió del brazo a Bianca y la arrastró hacia el coche para escapar.
- ¡Vámonos Bianca! ¡Estamos en peligro!
- Alan, te quiero, ¡créeme! ¡Yo quería lo mejor para ti! ¡Lo mejor! Soy tu hermana, y te quiero. ¡Debes de creerme! ¡Rose es mala, es terrible!
Rose volvió a abrazar a Alan.
- Sé que es mentira, Rose. Te quiero.
- Alan nunca nos separemos. Eres el mayor deseo que una mujer hubiera tenido nunca.
- Bianca me da pena. Va a enloquecer.
- Llamaremos a la policía. Se acabó todo.
- Tengo muchas cosas que contarte…
- Tenemos todo el tiempo del mundo.
Max y Bianca se montaron en el coche y arrancaron el motor. Ray estaba dispuesto a seguirlos con su vehículo, pero Richard lo desanimó:
- No los cogerás. Han escapado.
- La policía se encargará de ellos. ¡El cabecilla ha muerto!
Alan sacó el móvil y le mandó un mensaje a Veronica. Acto seguido, miró a Rose y la besó. Ray y Richard se acercaron al cadáver.
- Vamos a quitarlo de aquí.
- No lo toques. Déjalo así hasta que venga la policía.
El Sol ya se había ocultado y La Luna ya alumbraba el cielo nocturno cuando la policía intervino en la situación. Una ambulancia se llevó el cuerpo sin vida de Steve y Ray y Richard se quedaron hablando con un agente. Mientras, Rose y Alan paseaban por la playa tranquilamente antes de volver a casa.
- No me esperaba esto de Bianca. Una criminal…mi hermana…
- Hace días entró a mi casa y me amenazó. Me dijo que moriríamos los dos si no me alejaba de ti. Ese era el motivo por el cual nos enfadamos. ¿Te acuerdas?
- Sí…no me había dado cuenta…
- Seguramente se haya ido al extranjero con el otro chico, aunque la policía los buscará hasta encontrarlos. Bianca ha cometido un asesinato. Ha matado al hombre de sus sueños, al amor de su vida.
- Creo que ella no tenía esa intención. Ella no quería matarlo a él sino a ti. ¿De qué pasado oculto hablaba?
- No lo sé, Alan. Estoy muy confusa y aun no consigo recordar esa parte de mi vida. Si lo consigo recordar te lo contaré. Pero ahora solo me importas tú, tú y tu corazón. Quiero ser feliz, Alan. Quiero ser feliz contigo.
Alan acarició a su chica.
- En un mes han pasado tantas cosas, pero lo bonito es que ahora estamos juntos. El destino nos ha unido pero ni Bianca ni nadie nos separará jamás. Nuestro amor será el poder más maravilloso que existirá en la Tierra.
Y diciendo esto, el chico abrazó a Rose con ternura mientras que la arena se colaba en sus zapatos y veían a los agentes de policía y a sus amigos salir de la playa. Acto seguido, lo hicieron ellos. Steve había muerto, Bianca y Max habían huido y Rose y Alan estaban de nuevo juntos. Amanda se recuperaba en el hospital y la policía abrió una investigación para capturar a Bianca y su compañero.
*
Un mes después de lo ocurrido, no se volvió a saber nada de Bianca y Max aunque la policía no había dejado el caso. Alan y Rose caminaban por la misma playa que hace un tiempo había presenciado el final de una historia de pesadillas y amenazas. Estaban locamente enamorados uno del otro. El atardecer cubría el cielo, el Sol ya se ponía y la noche estaba a punto de llegar.
- Rose, hace un mes, la tensión que vivimos aquí hizo crecer nuestro amor aún más- dijo Alan besando a la chica en el cuello.
- Me alegro de que todo se haya solucionado. Por fin seremos felices. Te amo tanto, te amo tanto. Espero que el tiempo ponga las cosas en su lugar y Bianca caiga en la cárcel, como se merece.
- Deja de hablar de Bianca…- dijo Alan riendo.- Hablemos de nuestro amor y de nosotros…
- Acerca la oreja, Alan.- rió Rose.
Alan rozó su oreja con los labios de la chica.
- Te quiero.- le susurró ella.
Los dos rieron y después de una mirada más al anaranjado horizonte, se besaron, cayendo en un profundo placer y amor eterno.
Muy cerca de allí, Bianca y Max los observaban detalladamente y escondidos entre algunos coches del aparcamiento.
- Nunca se está a salvo si tienes cuentas pendientes, hermanita…- dijo Bianca mirando a Rose fríamente.
FIN
Nota:
Amor Eterno acaba aquí, pero la historia de Alan y Rose no. El llanto del atardecer es la segunda parte y desenlace de esta emocionante historia llena de odio y amor al mismo tiempo.
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Este capítulo está dedicado a Beily, mi compañera de sueños.
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