Capítulo 10
Amanecieron dormidos. Dormidos y juntos. Quizás la mejor forma de los chicos de haber dormido ha sido abrazados.
- ¡Dios! Perdona…Rose…
- Perdóname tú a mí. Estaba demasiado cómoda…
Alan y Rose habían dormido toda la noche agarrados. Se sonrojaron. Sus miradas se cruzaron en un lago de emoción. Estaba terminando de amanecer y el cielo parecía una pradera de chispas naranjas.
- Será mejor que volvamos a casa… ¡Son las ocho de la mañana!
Rose rió.
- Se acerca el final del verano…mira el Sol.
De nuevo, la estampa era preciosa. Las aves volaban sobre la pradera naranja. Los chicos se abrazaron graciosamente y empezaron a caminar para regresar a casa. Hablando y hablando, no se dieron cuenta de que pasaron por la calle de ‘Honey Village’. En el mismo lugar donde Alan encontró a Rose, ésta sufrió un desmayo.
- ¡Rose! ¡Oh Dios mío! ¡Otra vez no!
La chica abrió los ojos después de unos minutos. Solo había sido un susto. El corazón de Alan empezó a relajarse.
- Alan…
- ¡Menos mal que has abierto los ojos! ¿Estás bien?
- Sí…pero… ¿qué me ha pasado?
Alan recordó el momento en el que la encontró tirada y herida.
- Te has desmayado…
Rose miró a su alrededor, aturdida.
- Esto es…
- Sí, es el lugar dónde te encontré hace días herida.
- Vámonos de aquí. ¡Vámonos!- Rose se puso en pie como pudo y cogió la mano de Alan. Segundos después, los dos salieron corriendo.
*
El plan que tenía Steve para destruir a la parejita feliz estaba en proceso. Bianca se pasaba casi todo el día en su casa y se enteraba de todo. Esta vez, la situación se ponía dura puesto que Rose tendría que renunciar a la amistad de Alan para que ninguno de los dos sufriera daño.
- ¡Vaya! ¡Es el mejor asesinato que he planeado en mi vida!- exclamó Steve, orgulloso de su despiadado plan.
- ¿Y después de acabar con su amistad? ¿Qué hacemos?
dónde hay aves volando por praderas naranjas?
- ¿Praderas naranjas? ¿Te refieres a…?
- ¿Praderas naranjas? ¿Te refieres a…?
- Al atardecer.
- ¿Acabaremos con Rose en el cielo? ¡Ahí no voy a ir yo ni después de muerta!- dijo Rose riéndose a carcajadas.
- ¡No, Bianca! ¿No sabes hablar metafóricamente?
- Pues…no entiendo mucho de esas cosas…
- ¿Dónde se ve mejor el atardecer?
- Ya sé lo que quieres decir.
- En efecto. ROSE PASARÁ SUS ÚLTIMAS VACACIONES EN LA PLAYA, AHOGADA.
Bianca se sorprendió. Después, soltó una risita. El corazón de los dos chicos no tenía sentimientos. Solo piedras frías. El cariño y la humanidad eran palabras olvidadas para ellos.
*
Llegada la noche, Rose recibió la desgraciada visita de Bianca y Steve. Abrió la puerta y la chica la cogió del cuello. No podía respirar y se estaba ahogando.
- Te mataría aquí mismo, pero tengo algo mejor.
- ¿Qué queréis de mí?- dijo Rose sollozando.
- Te hemos hecho esta visita para decirte una cosita que seguro que… ¡no te gustará!- dijo Steve riendo.
Bianca empujó a Rose al suelo y ésta cayó, haciéndose daño en la espalda. La chica se retorcía de dolor. Steve le pisó el estómago y le acarició falsamente el pelo, haciendo como si le diera cariño. Rose estaba realmente asustada. Tenía miedo a que le hicieran daño, a que le hicieran daño a Alan o a los dos. Imaginaba la maldad que podían ocasionar los dos chicos. Bianca la levantó del suelo y la volvió a coger del cuello.
- Escúchame, querida Rose. Hoy no tengo tiempo de contarte el por qué de tanto odio pero no te preocupes, te lo contaré.
- No me hagas daño, por favor…
- ¡Ahora atiende bien y presta atención!- dijo Bianca gritando.
Steve se sentó en el sillón y se echó un poco de vodka en el vaso que había sobre la mesa.
- Le dirás a mi hermano que se acabó la amistad…- Bianca miró a Rose con desprecio.- ¡Que no quieres estar más a su lado! ¡Que todo se acabó! ¡Que ya no hay nada!
- Todo menos eso… ¡todos menos eso!- dijo Rose rompiendo a llorar.
- SI NO HACES ESO LOS DOS IRÉIS AL INFIERNO. ¡YO MISMA ME ENCARGARÉ DE QUE VAYAIS!
Rose cada vez lloraba más. Sus lágrimas empapaban su pantalón vaquero.
- Y ahora, nos vamos. Recuerda, o cumples tu misión o acabaré contigo y con Alan.
Bianca y Steve salieron por la puerta, riéndose a carcajadas. Rose se tiró al suelo de nuevo y se llevó las manos a la cabeza. A partir de ahora, las cosas empeoraban. Tenía que alejarse de Alan para no causar la muerte de los dos y solo le quedaba una cosa: su silencio.
Madre mía que capitulazo!
ResponderEliminarMe has dejado con el monazo! Actualiza pronto! (L
Tequiero!(L