Capítulo 3: LA DESPEDIDA
Carl y Bianca se dirigieron a una calle con poca luz. Estaba anocheciendo y el Sol cada vez se ocultaba más. La chica encendió un cigarrillo con el mechero que había encontrado minutos antes en el bolsillo de su vaquero. De pronto, con una luz intensa que cegó a los chicos, apareció un coche negro en la oscuridad como si fuera un fantasma. El conductor aparcó cerca de ellos y apagó el motor. Después, salieron del vehículo tres hombres vestidos de negro y con sombrero. Uno de ellos llevaba en la mano una pistola. Era alto y delgado. Los otros dos eran musculosos y recios.
- Que alegría me da volver a veros…- dijo el hombre de la pistola.
- Giovanni…acaba cuanto antes. Tenemos cosas que hacer.- dijo Bianca en voz baja.
El hombre sacó un manojo de billetes de su bolsillo mientras que Carl le daba la droga.
- Diez mil dólares, ¿no?- preguntó Carl riendo.
- Hay seis mil. Estoy un poco arruinado este mes.- se burló Giovanni.
- O diez mil o nada…es lo que hay.
- Vamos Carl, ¿no le vas a hacer un descuentito a un ex miembro de la Black Faith?
- Tú ya no perteneces a la Black Faith.- interrumpió Bianca poniéndose delante de Giovanni.- Coge la coca y vete, imbécil…
- Vale, vale. No te pongas así Bianca.- le susurró Giovanni al oído.- Recuerda que os vigilo…
Segundos después, soltó una carcajada. Tecleó algunas veces en su móvil y después entró en el coche. Los matones que le seguían hicieron lo mismo.
- ¡Gracias por la joya que tengo entre mis manos!
Bianca lo miró con odio.
- ¡LARGA VIDA A LA BLACK FAITH!- rió Giovanni burlándose de los dos chicos. Y diciendo esto, arrancó el motor del coche y se fue. Carl y Bianca se quedaron contemplando como el coche se alejaba de la oscuridad a todo gas. Luego, se dirigieron a la Black Faith.
- Ese bastardo de Giovanni no se saldrá con la suya de volver al grupo…
- Es un traidor. Casi nos pilla la policía por su culpa. Nunca le perdonaré que nos haya vendido…
- Maldito Judas…el dinero le volvió loco y lo prefirió antes que a nosotros.
- Dejemos de hablar de Giovanni…me aburre ese tipo.
Andrés esperaba a Carl y Bianca en el vestíbulo del escondite. Cuando entraron, se lo encontraron con un volante en las manos. Se sorprendieron.
- ¿Qué haces con eso?- dijo Bianca extrañada.
- Lo robé. ¿Algún problema, jefa?- dijo Andrés con tono vacilante.- Lo necesito para mañana. Tengo una carrera ilegal en ‘Blue Possy’ a las seis de la tarde. Mi coche está preparado, voy a ganar…
- Creo que confías demasiado en ti mismo, Andrés.- interrumpió Bianca sonriendo.- Ten cuidado. Tengo entendido que Paul McCar está dispuesto a ganar.
- ¿Paul McCar?- rió Andrés.- ¿INSINUAS QUE ME VA A GANAR ESE MATADO? ¡Soy el rey de las carreras ilegales!
- No serás el rey cuando te han ganado cinco años consecutivos…
- No me lo recuerdes, Carl.- dijo Andrés furioso.- Este año ganaré.
Bianca se dispuso a entrar en el salón. Miró a Carl y le sonrió a Andrés.
- Andrés, no olvides jugar sucio…
*
La luna de miel de Alan y Rose estaba a punto de comenzar. Hacía unos días se habían comprado un piso en el centro de la ciudad y entre tanto ajetreo de la boda, no les había dado tiempo a disfrutarlo.
- ¡Qué cómodo es este piso! ¡Qué pena dejarlo por una semana!
- El tiempo pasa volando.- dijo Alan besando suavemente a Rose en los labios.- Volando…
El timbre interrumpió el beso de los chicos. Alan fue a abrir con una mueca de molestia. Rose rió. Era Brian, el primo del chico. Alan le abrió la puerta y le dio un abrazo.
- ¿Cómo tú por aquí, primo?
- Buenas noches…siento molestar tan tarde.
- ¡Qué va! ¡Nunca molestas!- dijo Alan recordando el beso interrumpido.- Pasa y siéntate.
- La verdad es que vengo a despedirme. Hoy a las cinco de la mañana parto a California.- Brian bajó la mirada.
Los chicos pasaron al salón. La cara de Rose se volvió blanca. Realmente no se lo esperaba.
- ¿CÓMO QUE TE VAS?- Alan no se lo creía.
- He encontrado un buen trabajo allí y me voy con algunos amigos de Dallas que también han encontrado curro allí. Vendré a visitaros los veranos y en las fiestas.
- ¡Me alegro de que hayas encontrado trabajo!- dijo Rose con lágrimas en los ojos.- Te echaremos de menos…
- Bueno, solo vine para desearos lo mejor en vuestra luna de miel y cuando volváis. Esta tarde me despedí del resto del grupo. Me lo he pasado genial en estos años, de verdad. Ahora quiero empezar una nueva vida, conocer a alguien, enamorarme, experimentar el amor como vosotros habéis hecho y ser feliz.- dijo Brian sonriéndoles a los chicos.
- Estoy seguro que harás todo eso que has dicho, Brian. Eres una de las mejores personas que he conocido.- dijo Rose.
Alan le pasó la mano por el hombro a su primo.
- Cuídate, Brian. Sabes que te quiero un montón, ¿no? Y que sepas que eres mi primo preferido.
- ¡Soy tu único primo!- exclamó Brian con una sonrisa.
Los chicos rieron.
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